POEMAS

POEMAS

Nasta Kudasava
Traducción: Ángela Espinosa Ruiz
 
 
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Aquí nadie quiere admitir que a alguien más ha perdido,
que ya no se puede sin miedo esta tierra pisar:
que crujen las piñas cual huesos en nuestro camino,
que hay botas que matan y tiñen la hierba al pasar.
Y en el cielo centenas celestes y marchas celestes…
Desde el cielo llorando, abrazado al timón celestial,
de dolor enloquece y nos mira el piloto Akrestsin:
“Se ha olvidado
ya todo.
A nadie
he podido
salvar.”
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Barys Akrestsin, piloto militar soviético, héroe de la Unión Soviética, murió en 1944 en una batalla cerca de Minsk, estrellando su avión derribado contra una pila de equipación enemiga. En su honor recibió su nombre el callejón en Minsk donde se encuentra el infame gran centro de detención donde cientos de personas inocentes fueron sometidas a violencia y tortura en 2020.

***
nos encerrábamos en casa
sin creer en el treinta y siete,
Kurapaty, tragedia acallada:
y tocó al timbre el dos mil veinte.

un silencio en bolsas de muertos
mezclado con hojas podridas.
despertarme querría de este infierno,
volar, escapar yo querría…

Kurapaty, apartad la mirada,
no creíamos en el treinta y siete,
hasta que en nuestra casa acallada
nos tocó al timbre el dos mil veinte.

LISTAS

el otoño susurra conjuros con hojas de cobre,
y la alondra otoñal la verdad canta por la mañana…
pero no la escuchamos:
¡estamos ahogados en nombres!
releemos listas de personas –
listas inhumanas.

y lloramos por los encontrados
y los no encontrados,
por el año chino de la rata en heladas mazmorras…
Akrestsina, Magiliou, Zhodzina – todos listados,
en la piel de mi patria inconsciente son hematomas.

mas todo ha de pasar, volverá a la cordura el mundo,
este agosto maldito nos perderá, al fin, de vista.
abrirá entonces dios su archivo, no le faltará ninguno:
todo monstruo, traidor y verdugo estará en la lista.

CARTAS

dicen, las cartas a la cárcel nunca se pierden del todo.
echan alas y se juntan en sus postales bandadas,
y vuelan para hacer nidos
de libertad adorada…
su piel de papel conserva sus tatuajes.

las presas almas se hacen olmos, crecen como estalagmitas,
buscan hojas entre rejas, con desnuda rama claman…
y baja a verlos el cielo –
con sus cartas y cartitas.
y las libera el dolor, y se aleja volando cual nube blanca.

AL ETERNO KAŚCIUŠKA

E pluribus unum

Se alza el sol cual disco de oro,
pero tú
sé fiel a la tierra.
Nosotros lo hemos dado todo
¡Por la libertad nuestra
y vuestra!

Muchas verdades hay y credos,
mas has de grabar este en piedra:
no existe el dolor ajeno,
nunca es ajena la guerra.

En las tierras de los Kurapaty
¿oyes?, los cerdos de nuevo hocican,
hijos de Butaŭ
irreparables te llaman –
¡la sangre grita!

Es la sangre, Abel, de tus hermanos,
¡se ha espesado sin culpa y falta!
¿Oyes? Subiendo por el tallo
un nuevo
gulag
se alza…

la voluntad vence a la indolencia,
otra Roma se desmorona –
marchan, ¿oyes?
por la independencia
los nuevos guerreros y tropas…

por eso ni a polvo ni a encierro
les temas,
grábalo en piedra:
no existe el dolor ajeno,
nunca es ajena la guerra.

VOZ DE MADRE

en memoria de Raman Bandarenka
Ahí afuera hay un mar de gente y no me lo creo.
La palabra «murió» ni mi lengua la puede abarcar.
Mejor cierro la puerta y preparo la cena en silencio,
las patatas, el vino, canela, tomillo, azahar…

Con sus olas golpean las plazas humanas mareas,
sus banderas pesadas con «héroe» bordado en carmín.
¿Qué más dan las palabras? Espero a mi niño, ya llega,
Me dará un beso, se sentará y cenará junto a mí.

Si no llega, me levantaré, y saldré al paraíso,
diré a Dios «¡Tú que diste la luz a nuestro corazón!
¡No quiero héroe ni mártir! ¡Devuélveme a mi niño vivo!
¡A mi hijo de carne y de sangre, devuélvemelo!»