POEMAS
Nataliya Belchenko
Traducción: Ángela Espinosa Ruiz
***
Mientras vomita el mundo guerra
y en el vacío ha de vagar,
Me ofrece ya la primavera
Arándano y flor de azahar.
Su dulce aroma me da fuerza,
Exprime el miedo y el pesar,
Cuando la primigenia pena
Rompe el hielo primaveral.
Duerme el futuro y el pasado
En un nudo gramatical
Y sin al nido haber llegado
La golondrina sueña paz
Los soldados y voluntarios
No duermen. La infancia nacida
En sótanos de un siglo extraño
Tendrá pastillas y comida.
***
Tan pesada en Cracovia es la nieve,
Que detiene gestos y palabras,
Y la lágrima al vuelo detiene
Por el Kyiv que la guerra amenaza.
Es Cracovia un abrigo de antaño,
Donde tú vives en un bolsillo,
Y en el otro te encuentras intactos
Un pesar y un dolor desmedido.
De Szymborska tú eres el mechero,
Justo ahí, en el de la derecha.
Y en el otro fluye un aguacero,
Como en Irpín, de almas maltrechas.
El sábado paterno
sacudir, cual polvo del camino,
palomas al este y al oeste.
sin quererlo el paterno cuchillo
hace trizas el fruto más fuerte.
verlos en tu rostro y en tus manos:
a mamá, papá, y luego andar.
perdonar y sentir al hermano,
las huellas de la abuela besar.
guerra, agotamiento silenciado,
me acurruco espalda contra espalda,
con vivos y muertos, tan amados,
desnudos, de guerra despojados.
labios, manos, siempre susurrando,
fluyen desde el páramo al volver
para darle fuerzas a una lágrima
en la niebla del atardecer.
***
La pegajosidad, lo sabemos tú y yo,
Como si cada helecho huyera hacia una flor
Y todos los que viven entre el fuego y el mar,
A los jardines y a los ríos van.
Y allí la luna llena me dio en la cara un beso,
No solamente ella, muchas gracias por eso,
No solo doy las gracias, sino también mi vientre
Ya no estará vacío, es para siempre.
La guerra te ha cruzado cual frontera,
Reglas y prohibiciones ya no quedan,
Ahora eres como un río o un jardín:
Como puedas: a crecer o a huir.
El helecho florece, el Vilha fluye,
Rudava, Drvinka, todos los azules.
Agosto, lanza tu hoz sobre la tierra:
El tallo será un arma de guerra…
***
A Marianna Kiyanovska
En verdad le cuesta al camino
Llegar y encontrar las palabras,
La cigueña que aún no ha nacido
Vuela sobre él en Lituania.
Y Šnipiškės es de madera
Y me ha liberado mi Vilna.
¿Cuándo dejará de doler a
Quien sufre en la guerra-vagina?
Con el traqueteo y drusinqueo
Entre los castillos y lagos.
Resultan las señas que veo
Aún más dolorosas que antaño.
Oh, fuerza de agosto pagana,
La libertad llega; tesón.
Oh, Juana de Arco, Marianna,
El camino da al corazón.
***
El campo que con sangre ha sido arado,
Responde con una ola turbulenta
Y espera sin sentido la partida.
Al mesozoico lleva la tormenta.
El traductor se da cuenta primero,
Y luego, los que anidan en el surco,
Sin volar a un sur cálido, extranjero,
Y pierde sangre sin perder lo suyo.
Pájaros, pajaritos y polluelos…
Oh, pterodáctilo, postura bella
Como la vista señas caza al vuelo.
Adán, ¡la mano, una página nueva!.
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Animula vagula blandula
Je ne savais même pas combien je t’aimais
Juvenes dum sumus
Mientras que no sea humus
Que sea un poemita, un poema
Lidochka
Hace más de medio año.
Polina, Yelyzaveta y Ustynia
se encontraron con Lidochka en las montañas de tiza.
Yo grabé su voz en vivo con un dictáfono,
y ahora no tengo ni fuerzas para escucharla,
alguien se protege con fuerza dentro de mí.
Ese alguien ha encontrado algo positivo en que,
en caso de un ataque de moscú y una posible fuga
ya no habrá que romperse la cabeza
con cómo transportar a una enferma en cama.
Ese ser afligido aún afina el oído,
por si se oye el gemido que de vez en cuando
estos dos años y medio flotaba en la otra habitación.
La experiencia de ser hija se ha acabado.
¿Qué camino elegirás ahora, alguien?