POEMAS

POEMAS

Inna Snarska
Traducción: Ángela Espinosa Ruiz
 
 
Conversación

Makar tiene cuatro años y le dan miedo las sirenas antiaéreas,
sobre todo cuando le pillan en la calle.
El pequeño sale corriendo hacia casa para esconderse,
en casa no tiene tanto miedo.
Para tranquilizar a mi nieto, he inventado un juego-conjuro,
cuando suena la sirena, hay que decir: “¡Soy un avión, no tengo miedo!”
– Yaya, ¿los aviones vuelan alto?
– Sí, rey mío.
– ¿Más alto que nuestra casa y de las nubes?
– Claro.
– Entonces yo quiero volar más alto que las sirenas y que la guerra.

El secreto de la via

dedicado a los defensores de Mariupol

Escribes cartas que no envías.
Mentalmente agradeces estar vivo
cuando abres los ojos y te despiertas.
Aquí es difícil descansar aunque sea una hora o dos,
solo sus alas te envuelven en la paz por un momento.
Estás exhausto de pegar a la ventana de la inmortalidad,
tanto que ya no crees en la muerte, aunque ves la ruina por todas partes.
Das las gracias por estar vivo, das las gracias…
Y hoy has soñado con el olor de sus cabellos,
¿cómo vas a escribir eso?
Solo agradeces mentalmente estar vivo.
Todo a tu alrededor es un infierno…
pero, ¿cómo describirlo? ¿Deberías?
Solo sabes una cosa: tienes que resistir
y volver vivo a casa,
porque ella te está esperando.
Recuerdas el olor de sus cabellos,
y eso te salva, te salva, te salva…
Es vuestro secreto.
El secreto de la vida.

***
Pasas bajo el umbral
y desatas las alas quemadas,
no es por ti, y aun así
muere la lluvia tras el cristal,
llevas en ti tu cielo,
con todas las cosas que amas,
el amor, el dolor,
y ese “vuelve veloz y fugaz”.

Atraviesas la noche
de páginas vivas y versos,
y después te despiertas
sin pena, sin culpa en la tierra,
y lo esperas paciente
en la estación del universo,
entre ahora y ayer,
donde nunca existirá la guerra.